Una conversación con Chayito
By C.D.
La Alianza de Trabajadorxs de Mariscos y Pescado (ATMP) es un grupo de trabajadorxs de la industria de mariscos y pescado en Louisiana, quienes se están organizando en las áreas rurales del estado para enfrentar a las injusticias en la industria como el trabajo forzado, salarios injustos, y el tema de la seguridad en el lugar del trabajo. Ellxs son lxs trabajadorxs que producen y procesan los mariscos y pescados famosos de Louisana, y están invitando a lxs aliadxs y a otrxs trabajadorxs a unirse a la lucha. Lo que sigue son partes de una conversación con la vicepresidenta de la Alianza, Chayito.
¿De dónde viene usted y cuánto tiempo ha estado trabajando en los Estados Unidos?
Vengo de Sinaloa, México. Yo vine a los Estados Unidos invitada por una amiga que me contó sobre un trabajo en una planta de crawfish en Baton Rouge. He estado trabajando aquí por 11 años como trabajadora huésped.
¿Cómo empezó a organizar?
Hace once años conocí a la Alianza de Trabajadores. Tuve un problema en el trabajo donde los trabajadores queria ser pagados más. Querían 25 o 50 centavos más a la hora. Conocí a dos organizadores de la Alianza de Trabajadores que estaban ayudando a los trabajadores en su lucha. El jefe se molestó mucho, le falto el respeto a los organizadores. El señor cortó la luz, se puso grosero, y mando por un camión y corrió a los trabajadores de regreso a México. Yo decidí quedarme con una compañera porque tenía un niño internado en el hospital, yo tenía que trabajar para pagar los gastos de la clínica. Empecé a trabajar en una taquería y hacia tamales unos días, aquí me quedé completamente perdida, no podíamos hablar el idioma, fue difícil pero aguante y salí antes de que se me termino la visa.
Después de estar en México un rato, quería venir a trabajar de nuevo. Pero cuando fui a entregar las copias de mi pasaporte para otra compañía, una conocida de mi hermana me dijo “fijate que no te puedo traer porque la compañía no quiere los que han estado organizando.” Empeze a tener problemas de nuevo, conoci otra muchacha que me ofreció otra visa en Lafayette. La encargada de esa planta no le gusto mi trabajo. Me falto el respeto. Como nosotros estamos organizados, [los jefes de las plantas] también están organizados. Ellos todos se conocen.
Me regrese a Baton Rouge y trabaje por otra compañía. Durante mi tiempo ahí estuve viviendo en una casa con compañeros de trabajo. Era una casa de la compañía y teníamos que pagar renta a la compañía. La casa estaba muy sucia, con ratas y cucarachas. Eramos 23 personas viviendo ahí con solo tres baños y una mini cocina.
Cuando empecé no estuve muy involucrada con el movimiento. Ahora estoy más involucrada porque empeze a conocer de otros casos, los trabajadores empezamos a platicar entre nosotros y darnos cuenta de lo que estaba pasando y organizarnos para defendernos. Quiero evitar estas cosas que me han pasado a mi y a mis companeros y companeras. La Alianza de Trabajadores de Mariscos Y Pescado se formó oficialmente hace dos años y yo sirvo como vice-presidenta de la Alianza.
¿Como son las condiciones para las mujeres en la industria?
La paga no es la misma, a los hombres les pagan más. Claro que hay acoso sexual. Tenemos una tarea este año de buscar la manera de cómo concientizar a la gente que denuncien y no se queden calladas sobre esto. Hay muchas mujeres organizando.
¿Que le inspira de este trabajo?
Me inspira que más gente se están acercando a nosotros, hemos logrado que lleguen personas a apoyarnos, se nos han abierto las puertas para que la gente escuchen, que sepan como es el trabajo de los trabajadores huéspedes, y muy inspirada porque hay mucho apoyo entre nosotros. Sabemos que no es fácil pero tenemos que salir adelante
¿Tiene algún mensaje a personas que están intentando organizarse?
No se queden callados, siempre va haber una puerta que se va abrir. Se tiene que perder el miedo. Todos los seres humanos tienen derechos no importa raza, color, gordo o flaca, todos tenemos derecho a trabajar. No somos objetos, tenemos sueños y nadie los deben de romper.
Queremos inspirar a personas aliadas a unirse a la causa, inspirar a personas que sean de aquí, que tengan las ganas de apoyar y el corazón para apoyar. Todos podemos apoyar, pero he visto que la gente ignora. Yo quiere que las personas en poder puedan ver como se trata la gente en las áreas rurales donde se procesa la comida que se come. Donde vive la gente que procesa lo que se pone en la boca. La comida ahora esta hecha con lágrimas, con malas condiciones de trabajo, no tenemos ninguna protección. Queremos inspirar a las personas que nos apoyen para que la industria cambie. Porque cuando se hace algo con amor va ser sano.